Es una teoría desarrollada por el pescador inglés Richard «Dick» Walker y que viene a decir lo siguiente.
Si tuviéramos delante un grupo de “chinos”, vestidos de diferentes formas y realizando diversas acciones, ¿en que nos fijaríamos para asegurar que todos son “chinos”?.
Sin lugar a dudas, el rasgo más importante que nos podría hacer llegar a esa conclusión serían los ojos rasgados. Todos los demás rasgos (altura, color de pelo, si son delgados o gordos…..) y elementos de su indumentaria serian pasados por alto sin siquiera prestarles atención.
¿Y esto que tiene que ver con la pesca?
Una trucha dentro de un medio visual muy variable y difícil se fija casi exclusivamente en un rasgo diferenciador de la mosca para discernir si es lo que quiere o no. Todos los demás rasgos, mientras no solapen de manera obvia al rasgo diferenciador clave (los ojos rasgados), no son ni siquiera tenidos en cuenta.
Ahora bien, ¿qué rasgo es el diferenciador en una mosca?.
No existe un único rasgo diferenciador “comodín”, depende de la situación el rasgo puede ser la forma de las alas, los brillos o la ausencia de ellos, el nivel de placaje en superficie, el tamaño, el color…….
Esto explica en parte, el sorprendente hecho de que a pesar de lo visible de la curvatura y la amenazante punta del anzuelo, la trucha se lo meta en la boca como si no existiera.

Artículo adaptado de un original de Carlos Azpilicueta